20/1/12

El circo de las emociones



Sonaron. Hacía décadas que no sucedía. Era debido a la falta de entusiasmo del público que, movido por otros intereses, había dejado de emocionarse. Pero esa noche, gracias al acróbata, se produjo el acontecimiento. Todo sucedió con un triple salto mortal. Fue tal el susto que todos los allí presentes murieron mientras duró el ejercicio. El acróbata, hábilmente, cogió las almas que habían quedado suspendidas en el aire y mientras daba vueltas, las lanzaba a otros cuerpos al azar. Al terminar el salto, cada uno despertó con la sensación de ser una persona nueva.
El acróbata no pudo más que agradecer los aplausos.

Pintura: Marc Chagall

13/12/11

Mutismo

Por eso lo dicen. Ella no está de acuerdo, pero tampoco intenta convencer de lo contrario. Basta con no hablar. Prefiere mantener una actitud callada; el silencio siempre es más sencillo. A veces, cuando ya no puede más, se arruga en un ovillo de brazos, aprieta fuerte los dedos contra su espalda y abre la boca dejando escapar un torrente de aire sin voz, un vacío que sólo se hace grito cuando nadie lo puede escuchar. De paso, llora, no por dolor, sino por dejarse mojar. 
Creen que es tristeza, soledad, locura. Qué más da, para todas ellas primero hay que callar, estallar el corazón, derramar la mente, olvidar el mundo y volver a empezar.
Dicen que no habla porque dejó de sentir. No habla porque prefiere escuchar, mirar. Como escuchan las ramas nacer sus brotes, como se miran a los ojos los amantes. Ha elegido amar.
Y cuando haya mirado lo suficiente, cuando no haya más viento para escuchar, en ese momento, podrá decirle al mundo que ella sí supo callar. Los demás nunca supieron. Por eso lo dicen. 

Ilustración: Ana Juan

26/11/11

El Koala


No hay quien comprenda al Koala. Se duerme mientras se va por las ramas.


Ilustración: John

18/11/11

Tictac

Durante la noche se desvela si mira el reloj. Había prometido vivir intensamente y el tiempo no perdona.

Ilustración tomada de Internet

12/11/11

Papel en blanco


Trato de escribir 
soledad.
 No encuentro palabras
 (así de sola) 
que nadie lea.

Ilustración: Arianna Floris

3/10/11

Origami


Comenzó a doblarlo. Con sumo cuidado pasaba los dedos por los bordes. Nunca antes había hecho nada parecido y la emoción le subía apresurada desde las manos hasta el corazón. Después de varios pliegues imposibles, tras un último giro, la figura se presentó ante su asombro y sus ojos, maravillosa, elegante. Fue tal la exaltación que quiso hacer más, cientos de ellas más, para llenar su techo de aquella hermosura. Con tanto arrebato, terminó doblando sus propios pliegues, estirando sus arrugas, quitándose dobleces hasta convertirse, ella misma, en una ligera figura de papel. Mucho mejor así, pensó, la vida parece más liviana.

17/9/11

Postre romántico


Cuando acercas la noche a tus labios, brillan tus dientes como lunas de merengue y tus ojos, que son soles, derriten mis ganas de darle un bocado al cielo de tu boca.


Ilustración: Skasia