28/12/09

Después de llorar




 Lloro todo de una vez.
Lloro las ausencias 
 todos los días de soledad.
Lloro las pesadillas y lloro las noches en vela,
a la misma hora y en el mismo día.

Lloro el dolor ajeno
 por si alguna vez alguien no supo llorar.
 Lloro a mares por todas las veces que quise y no pude,
me lloro por todo el cuerpo.
Me lleno de llanto de mar.


11/12/09

¿Por qué hablar de la muerte, pudiendo hablar de la vida?

- No sé si querrás escuchar, pero quiero hablar de la muerte
- ¿Por qué no iba a querer?
- Puede resultar macabro. 
- No lo es, habla si quieres, habla de la muerte si te apetece. Qué necesitas, ¿desahogarte?, ¿aclararte?, ¿o es para perder el miedo?
- ¿Para perder el miedo a la muerte? No, eso ya lo perdí y, desde luego, es bastante más cómodo vivir sin miedo a morir. Escuché hace poco que la sociedad nos manipula a través del miedo a la muerte, que en otras culturas la muerte es un estado más y hay que ir aprendiendo a soltar cosas, para cuando haya que soltar la vida estemos preparados.
- ¿De qué muerte quieres hablar, pues?
- De la que llevamos todos dentro y que pocos se atreven a sacar. Si todos soltásemos nuestras muertes seríamos más felices y viviríamos más tranquilos. Imagínate si nos quitamos la muerte de la cabeza, nos quedaría un montón de espacio libre para llenarlo de otras cosas. Ganaríamos tiempo y oportunidades. 
- Y, ¿por qué crees que la gente no se atreve?
- Porque creen que verle la cara a la muerte da más miedo todavía que imaginársela. Y no es así, la muerte tiene una cara dulce y no pretende hacer daño ni asustar, sólo pretende darle más valor a la vida. Funciona así. 
- La muerte sólo funciona para darle fin a la vida. Asusta estar cerca de la muerte, no puedes negarlo, la gente se agarra a la vida porque no quiere morir.
- Agarrarse a la vida es lo normal, sin embargo  dejarse dentro la muerte no es necesario, no hace falta cargar con ella. Hay personas que han llevado la muerte dentro durante años, sin saberlo, y de pronto un día se la saca y todo cambia, se abren sensaciones que antes no tenían lugar.
- ¿Y cómo se saca uno la muerte de dentro? ¿Viviendo la vida?
- No. Está claro que el que está vivo, vive la vida, qué otra cosa si no. Sólo aceptando la realidad podremos sacarnos la muerte. Y saber que no somos eternos, ni imprescindibles. 

Qué te voy decir, que amar la vida es lo que te separa definitivamente de la muerte.

30/11/09

Una lección de ternura

Hay algunos momentos que no quiero olvidar. Hoy, a eso de las 10:30 de la mañana, ha ocurrido uno de esos momentos especiales que desearía recordar siempre, no porque haya sido especialmente trascendental o porque haya supuesto algún cambio importante en mi vida, no, sencillamente porque ha sido emocionante y tierno, muy tierno.
Ha ocurrido en mi trabajo, hablando con un niño de 13 años al que mantienen vagando entre un Trastorno negativista-desafiante, una Hiperactividad o un Síndrome de Tourette, pues no saben exactamente lo que tiene la criatura. Vive con su tía; los padres le han concedido a ésta la guarda del niño.
A parte de que no hace caso de las normas, saca la lengua y no puede permanecer mucho tiempo sentado, este niño tiene una sensibilidad extrema. Dice que le produce tristeza ver en las noticias cuando atropellan a los niños, o cuando secuestran a la gente. Era sincero.
Me ha preguntado mi edad y si tengo hermanos, yo le he dicho que sí, que tengo dos hermanas y él me ha preguntado si son tan guapas como yo, entonces en ese momento me he sentido la más guapa del mundo porque me lo ha dicho un niño como él, sin necesidad de aparentar nada, sin ánimo de ofender o de ser grosero, un niño que pasa los días escuchando lo "travieso" que es, soportando los insultos de sus compañeros y las broncas de sus profesores, amenazado de ser echado de su casa y devuelto a sus padres.
Me preguntó después si tenía sobrinos y me dijo que él nunca tendrá, porque no tiene hermanos. Lo dijo con una expresión triste. Para él, tener sobrinos debe ser algo así como tener hijos, pues vive con su tía a la que adora y respeta, y tener la certeza que nunca los tendrá tiene que ser muy duro. Yo como una tonta no supe qué decirle y sigo sin saberlo, aunque rebusque.
A él se le ocurrió que podía hacerle un regalo a su tía, un dibujo de una flor  metida en un sobre con una nota en la que él le dice que la quiere. Me he emocionado y se lo he dicho.
Qué niño tan especial, ojalá tenga toda la suerte en la vida que se merece, que se de la vuelta su historia y que le dejen ser un poquito feliz, porque ganas no le faltan.

26/11/09

Velando


Para que no se enteren de que me he marchado sigo contando hasta llegar a la puerta, "...todos los labios se ampliaron en sonrisas y brotaron flores de las lágrimas...", apago la luz y cierro suavemente, "...el mago mágico volvió a agitar su varita y las soledades se abrazaron formando un puzzle..." comprobando por sus respiraciones que se han dormido. Cuando les despierto por la mañana sigo contando "...y todos descubrieron que querían vivir felices" para que crean que he narrado sus sueños.

- "Despertad mis amores, es la hora de estrenar este día tan bonito", les digo a mis hijos.

Ilustración: Valeria Cis

25/11/09

Empatía



Tengo un canario que ha dejado de cantar.  Le he puesto un espejo por si se siente solo, pero los espejos sólo devuelven la misma realidad aunque más fría, así que no creo que le ayude a estar mejor. Yo le hablo, le mimo, le digo que se cure, pero no sirve de nada, debe darse cuenta que  mi voz pretende animar pero sólo consigue entristecer. ¿Por qué no cantas tú?, me dice. Porque nadie me escucha, le digo yo. Y los dos nos damos la razón.
Me voy, busco algún espejo de la casa y me coloco muy cerca, ahueco mis plumas, escondo en ellas la cabeza y me concentro por si siento algo de calor.

Ilustración: Beatrice Billard

22/11/09

Insomnio



Dormir, sólo quiero dormir.
Horas y horas, hasta que haya dormido
todo el tiempo que me sobra de estar despierta.
Tengo acumuladas demasiadas horas en blanco
usurpando el lugar de mi reposo.

Ilustración: Alejandra Karageorgiu

11/11/09

La niña deseo

Has venido como un copo de nieve, blanca y redondita, a posarte delicadamente en la vida. Eres silenciosa, como la brisa de las montañas lejanas, y suavecita, como la espuma de baño.
Te han llamado niña deseo y eso es una suerte, porque podrás frotarte las mejillas y concederte miles de cosas, pero primero tendrás que esperar, que ahora eres de nieve y los copos se pueden deshacer, pero luego podrás jugar a que tienes un baúl de deseos para jugar con ellos, prestárselos a otros, quedártelos todos o inventarte alguno para los que no tengan ganas de desear.
Podrás hacer castillos de deseos, mares de caprichos, nubes de antojos, y te llamarán la niña deseo, porque tienes todo eso.
Yo ya tengo mi deseo, lo voy a guardar para que no se me pierda y cuando te vea, te lo dejo a ti para que me lo concedas.
Mientras tanto sigue creciendo así de preciosa, tan blanca, tan redonda, que cuando te vea me voy a quedar prendada de ti, queriéndote tanto que hasta te vas a derretir.

Ilustración: Adolie Day